jueves, 28 de noviembre de 2013

TEORÍA DE LYON: FUNÈS vs VILA-MATAS

Todos los Funes
Eduardo Berti
Novela
Ed. Anagrama, 2004, 170 págs. 

Perder teorías
Enrique Vila-Matas
Autoficción
Ed. Seix Barral, 2010, 64 páginas 

Tal y como les comenté hace unas semanas, tras la lectura (fortuita) de La sombra del púgil, me quedé con ganas de conocer más cosas de Eduardo Berti. De todas sus novelas desperdigadas por diferentes editoriales, la que más me llamó la atención fue Todos los Funes, por las connotaciones borgianas del título y por haber quedado finalista del XXII Premio Herralde de Novela (2004).
 
En Todos lo Funes el protagonista, Jean-Yves Funès, un viejo profesor universitario especialista en literatura iberoamericana, es invitado a un congreso en Lyon. Durante su estancia en la ciudad le acompañarán diversos personajes variopintos —un peculiar taxista, una suerte de Cicerón ciego que le guía por los traboules de la ciudad, un médico con el que comparte el apellido, una joven y atenta poetisa— que desfilan entre achaque y achaque de su cada vez más precaria salud. Sobre los recuerdos de Funès sobrevuela siempre la sombra de su esposa fallecida, Marie-Hélène, que al principio fue sólo una alumna atraída por su apellido y con quién más adelante planeó escribir un libro, originalmente su tesis doctoral, que reuniese a todos los Funes de la literatura, un proyecto que nunca llegaron a concluir.
 
En aquella tesis de Marie-Hélène se hablaba, por supuesto, del memorioso Funes de Borges, pero también de los Funes que aparecen en relatos de Horacio Quiroga, Roa Bastos o Julio Cortázar. Y así como Marie-Hélène “encontró paralelismos muy sutiles entre los relatos”, según avanzaba en la lectura, también yo he encontrado similitudes entre Todos lo Funes y otro libro muy diferente y muy parecido como es Perder teorías, de Enrique Vila-Matas. En esta suerte de ficción autobiográfica publicada en 2010, Vila-Matas —o un doble del señor Vila-Matas— es invitado a un simposio internacional sobre la novela que ha de celebrarse en Lyon, pero como nadie de la organización se pone en contacto con él, aprovecha la ocasión para construir una teoría general de la novela que consta de cinco puntos irrenunciables e imprescindibles.
 
Como verán, ambas obras tienen muchos puntos en común. Para empezar, los dos protagonistas asisten a un congreso literario en la misma ciudad, sólo que mientras Jean-Yves Funès viaja a Lyon en tren desde París —junto con el barco, seguramente los dos medios de transporte más literarios—, Vila-Matas tuvo la desfachatez de hacerlo en avión desde Barcelona. Al llegar, ambos son recibidos por personas diferentes de las que esperaban: Marc Verdier, un servicial ex alumno en el caso del primero, “El señor Nazaire pide disculpas porque no pudo recibirlo personalmente a causa de este abrupto cambio de horario. (…) En cualquier caso, dijo el joven, yo aproveché la circunstancia y me ofrecí a buscarlo, es un honor”; y un taxista en el caso del segundo, “una especie de tiparraco (alguien que me cayó mal desde el primer momento), un joven taxista con un cartel en el que había escrito —muy mal, con tres grotescos fallos ortográficos— mis apellidos.”
 
Los taxistas juegan un papel destacado en los dos libros. El que lleva a Vila-Matas se empeña en expresarse en portugués, es indiscreto (“parecía tener ganas de hablar y de inmiscuirse en mis asuntos”) e inexperto (“A mitad de trayecto me confesó que no sabía muy bien cómo se llegaba al Hôtel des Artistes”) y sus insistentes preguntas (“¿Y en qué trabaja usted exactamente, señor?”, “Y dígame, ¿se lo pasa uno bien siendo escritor?”) acaban por aburrirle tantísimo (“Parecía querer burlarse de mí. Y si no era así, lo parecía. Preferí no contestar”) que no ve el momento de librarse de él. En cambio, Pierre, el taxista que acompaña a Funès y a Verdier, es un chófer solícito y eufórico, que incluso se pone unos tapones para evitar oír la conversación entre los dos clientes, aunque más adelante interviene en ella activamente. En cualquier caso, ambos conductores son raros, algo pesados y sus conocimientos sobre literatura más bien escasos.
 
También existen similitudes en la ausencia de acogida, en la falta de recibimiento, de la que son víctimas cuando llegan al hotel Lanterne (Funès) y al Hôtel des Artistes (Vila-Matas), casualmente situados a escasos 700 metros uno de otro. Funès: “Como no había esperándolo nadie de la organización, se registró, dejó la pequeña valija sobre la cama (…) y fue a dar una vuelta por el área céntrica: la península entre los ríos Saône y Rhône. Toda vez que llegaba a una ciudad y daba un primer paseo, creía que allí estaban las mujeres más hermosas del mundo”. Vila-Matas: “En la recepción me dieron (…) un sobre blanco con un mapa y un programa, y ni una palabra de bienvenida, ni una tarjeta o carta personal de alguien, nada más. No sabía yo en qué momento —si existía tal momento— se pondrían en contacto conmigo.” Ante esta falta de planificación, Vila-Matas se instala en su habitación del Hôtel des Artistes, donde mata la espera reflexionando sobre la literatura y sus diferentes teorías hasta que decide, también, salir a dar un paseo: “Me gustaba el nombre por el que era conocida la zona de Lyon donde me encontraba: la presq’île (literalmente: la casi isla), una península en medio de los dos caudalosos ríos, el Ródano y el Saona, que pasan por el centro de la ciudad. (…) Salí a pasear por la bella presq’île al atardecer y fui caminando, con pasos lentos, casi tímidos, siguiendo el cauce de unos de sus ríos hasta llegar a una gran y hermosa plaza que tenía todo el aspecto de ser la más importante de la ciudad.”
 
Más coincidencias. La frase de Todos los Funes “Marie-Hélène encontró paralelismos muy sutiles entre los relatos” que Berti pone en boca de Jean-Yves, aparece en la página 53. Y precisamente en la página 53 de Perder teorías pude leerse esta otra frase: “Buscando dormirme lo más pronto posible, me dediqué a leer las primeras páginas de un libro cuya acción transcurría en Lyon.” ¿Pura casualidad? Puede ser. Y también es posible que el libro que leía Vila-Matas para coger el sueño fuese otro distinto del de Berti; existen muchas otras novelas cuya acción transcurre en Lyon. Sin embargo, abro la novela de Berti y justo al principio leo: “El día 8 de noviembre de 2004, un jurado compuesto por Salvador Clotas, Juan Cueto, Esther Tusquets, Enrique Vila-Matas y el editor Jorge Herralde, otorgó el XXII Premio Herralde de Novela, por unanimidad, a El testigo, de Juan Villoro. Resultó finalista Todos los Funes, de Eduardo Berti.” Por tanto queda demostrado que Vila-Matas leyó Todos los Funes en 2004, lo que estaría por ver es si también la releyó en 2010 durante su estancia en Lyon y si, al hacerlo, proyectó introducir un “sutil paralelismo” entre aquélla y el breve ensayo que todavía estaba por escribir, justamente en la página 53.
 
Es de sobras conocida la tendencia de Vila-Matas a reinterpretar textos ajenos y a apropiarse de las frases que más le gustan. De hecho, me acaba de venir a la mente un ejemplo clarísimo. En el segundo capítulo, titulado “Confesiones preliminares”, del relato Un comedor de opio de Charles Baudelaire, incluido en el libro Los paraísos artificiales, podemos leer: “Las ocasiones de risas y llanto se entrelazan y mezclan tan bien en esta vida, que no puedo recordar sin sonreír un incidente que se produjo entonces y estuvo a punto de obstaculizar la ejecución inmediata de mi plan. Tenía yo una maleta de un peso enorme, porque además de mis trajes contenía casi toda mi biblioteca.” Y si ustedes han leído la segunda novela que escribió Vila-Matas, La asesina ilustrada, publicada originalmente en 1977, seguro que recuerdan su inicio: “Tan mezcladas y entremezcladas se encuentran en mi vida las ocasiones de risa y de llanto que me es imposible recordar sin buen humor el penoso incidente que me empujó a la publicación de estas páginas.”
Al margen de las evidentes semejanzas entre ambas frases, ¿no ven, además, en esa maleta que contiene casi toda la biblioteca de Baudelaire el germen de la posterior Historia abreviada de la literatura portátil de Vila-Matas?
 
Por lo tanto, volviendo a los dos libros que nos ocupan y dada la idiosincrasia literaria de Vila-Matas, la conclusión lógica me lleva a pensar que éste leyó la novela de Berti Todos los Funes, la admiró, la interiorizó, la asumió y años más tarde, cuando se vio en la tesitura de asistir a un simposio literario en Lyon, la exorcizó como armazón estructural, la utilizó como un caparazón vacío, que rellenó en forma de relato transformado en ficción autobiográfica sobre la elaboración de una teoría general de la novela.
 
La conjetura imposible es que Eduardo Berti y Enrique Vila-Matas sean en realidad una sola y única persona: Eduarrique Verti-Matas.
 

3 comentarios:

  1. Es sólo una coincidencia. No tuve presente a Berti en Perder teorías (aunque conociera su libro), sino a Rybeiro, al que le ocurrió en Toulouse lo mismo que en la vida real me pasó a mí en Lyon.
    Por lo demás, su ensayo -una simple coincidencia también- se parece a 'Un hotel en Montevideo'

    http://elpais.com/diario/2007/05/13/catalunya/1179018466_850215.html

    Saludos muy cordiales..

    EVM

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  2. Leo, entre sorprendido y temeroso, la crónica "Un hotel en Montevideo".
    No sé que me asusta y me sorprende más, si las numerosas coincidencias entre el planteamiento de mi artículo y el del señor Vila-Matas o la posibilidad de que el comentario anterior lo haya escrito realmente el señor Enrique Vila-Matas...

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  3. “Esbozo de listas de libros u obras literarias con mayor cantidad de palabras/words de un solo autor y de un único título, no obras completas del autor, en alfabetos occidentales”.
    1º J.M.M. Caminero, Soliloquios o Cuadernos o Ensayos o Enciclopedia Filosofía (44 volúmenes o tomos, 43.400 páginas/pages, contiene aproximadamente/approximately 23.000.000 palabras/words) . Español o castellano.
    2º Adolf Wölfli, Sin Título. 25.000 páginas. 1600 ilustraciones en 45 tomos.
    3º Mark Leach, Marienbad My Love (contiene aproximadamente/approximately 17.000.000 palabras/words). Inglés.
    4º Henry Darger, The Story of The Vivian Girls, in […]. (Contiene aproximadamente/approximately 23.000 páginas, 16.000.000 de palabras/words). Inglés.
    5º Nigel Tomm, The Blah Story (contiene aproximadamente/approximately 11.300.000 palabras/words). Inglés.
    6º Mohiuddin Nawab, Devta (contiene aproximadamente/approximately 11.200.000 palabras/words escrita en urdu).
    7º H. Balzac, La comedia humana (contiene 95 partes más 48 partes inacabadas, contiene aproximadamente/approximately 11.000.000 palabras/words). Francés.
    8º Joe Gould, Historia oral de nuestro tiempo. (Contiene aproximadamente/approximately 10.000.000 palabras/words). Inglés. (Nunca se ha encontrado el manuscrito, ni la obra).
    9º John Cheever, Los Diarios de John Cheever

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